También vale la pena revisar qué modelo de familia es válido y si es favorable para todos sus miembros. No tiene por qué ser de una manera determinada como la clásica familia nuclear.

Revisar si estamos satisfechos o si nos sentimos infelices, es fundamental para saber qué tipo de familia puede hacerme feliz como persona. Todo lo que sucede en la familia es responsabilidad de cada uno de los integrantes. Si dentro de esa estructura familiar hay malestar habrá que comprobar que nivel de madurez o autoconocimiento existe, qué necesidades insatisfechas, qué exigencias hacia nuestra pareja qué vacíos afectivos arrastramos, si hay libertad, si nos sentimos seguros. Una vez revisado, pensar como lo asumimos y qué podemos hacer a partir de ahora.